Las empresas de IA acaban de toparse con un reto inesperado: las aseguradoras han empezado a darles la espalda

El floreciente sector de la inteligencia artificial se enfrenta a un obstáculo inesperado: las compañías de seguros están empezando a limitar su cobertura para los riesgos relacionados con la IA. Este cambio se produce a medida que las tecnologías de IA, como ChatGPT de OpenAI, avanzan rápidamente, lo que genera crecientes incertidumbres legales y financieras para las empresas. El núcleo del problema radica en definir y mitigar las posibles responsabilidades asociadas con las aplicaciones de la IA. OpenAI y Anthropic se encuentran entre los primeros en lidiar con las implicaciones financieras de los riesgos de la IA, enfrentándose a demandas relacionadas con la infracción de derechos de autor y la responsabilidad civil. Según se informa, OpenAI solicitó cobertura a Aon, con una póliza potencialmente valorada en unos 300 millones de dólares. Sin embargo, esta suma es relativamente pequeña en comparación con la posibilidad de reclamaciones multimillonarias, lo que refleja la cautela de las aseguradoras. Las aseguradoras se muestran reticentes debido a la posibilidad de que los fallos de la IA creen riesgos sistémicos en todo el sector. El jefe de ciberseguridad de Aon, Kevin Kalinich, ha reconocido que las aseguradoras carecen de la capacidad suficiente para proteger a los proveedores de modelos a gran escala. Esta reticencia está empujando a las empresas de IA hacia el autoaseguro, una estrategia que podría remodelar la forma en que gestionan y absorben las posibles pérdidas. El panorama actual sugiere la necesidad de nuevos modelos de evaluación de riesgos y productos de seguros adaptados a los desafíos únicos de la IA. A medida que evoluciona el marco legal y regulatorio de la IA, la relación entre los desarrolladores de IA y las aseguradoras será crucial para garantizar el crecimiento sostenible y la innovación responsable del sector.